V

Se fueron, acompañados otra vez por el ruido de la camilla.
- Esto amerita un cafecito, yo invito- dijo el médico.
En la ambulancia Luis comenzó a silbar el tema “I love you baby”, se sumó Iván y después el médico, movían la cabeza a un lado y al otro.
- Ouch- dijo Luis.
Patrulleros y gente amontonada, uno que hace señas.
- Viá publica para Sanfer, Coronado y Perú- dijo Ivan al Nextel.
Pasaron por delante de la escena y estacionaron cruzados, un auto con el parabrisas echo una telaraña y un tipo tirado en el piso con la cara ensangrentada. Bajaron a la lluvia.
- 12 minutos!- decía una mujer – tardaron doce minutos.
El médico se acercaba seguido de Iván que se colocaba los guantes. Luis sacaba la camilla y buscaba algunas cosas. Se arrodillaron al lado de la “víctima”. Iván le inmovilizó la cabeza y sintió la sangre caliente a través del guante, lo miró a los ojos, al revés.
- Cómo te llamás?
- Jonhatan.
- Te vamos a colocar un collar, sabés? y te vamos a subir a una camilla...
- No, pero yo tengo que laburar!
- Quedate tranquilo- dijo el médico.
Luis apareció con el collar cervical y se lo pusieron con el médico.
- Lo inclinamos sobre éste lado- dijo Luis mientras colocaba la tabla espinal del otro. Iván asintió con la cabeza- a la cuenta de tres.
Iván contó 3 y lo movieron a la vez. Lo ataron a la tabla con los abrojos, subieron la tabla a la camilla.
- Cortame el tránsito- le pidió Luis a un policía para poder meter la camilla a la ambulancia sin riesgo. Salieron con sirena.
Tenía abierto el brazo. Iván seguía sosteniéndole la cabeza para que no se moviese con las sacudidas de la ambulancia. – Le hago algo en el brazo?
- No, ya llegamos- dijo el médico
- Ok, pero pasame un apósito para la cabeza- levantó las cejas mirando el piso para que el médico viera que estaba chorreando sangre. Trataba de pararle la hemorragia presionando con su mano, pero un apósito iba a ser más efectivo. Jonhatan se dormía - Yoni.
Abrió los ojos – qué?
- Nada, te acordás de algo?
- No.
El médico le pasó un apósito y comenzó a escribir
- Cómo te llamás?... DNI? qué edad tenés?
La puerta de atrás se abrió y lo entraron al pasillo de la guardia corriendo una cortina ridícula que casi se mancha de sangre. En el pasillo había tres camillas, dos ocupadas. Una mujer con las piernas levantadas que se tapaba la cara y un hombre de la calle, acurrucado, de costado, el suelo vomitado. Una enfermera los vio llegar, se quedó parada unos segundos y se fue entre los biombos de la guardia. Volvió después de un par de minutos con un médico.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
- Es para el traumatólogo- y se fue.
Esperaron como si fuera normal. No tardó tanto en aparecer.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
- Perdió el conocimiento?- se puso guantes y le tocó la cabeza.
- No se acuerda, es posible, venía en moto...
- Con el casco en la mano.
Se miraron. El médico le sacó el collar.
- A ver mirá para allá – se miraron alarmados – ahora para allá... levantá la cabeza... bien levantate.
- Ay.
- Esta bien, quedate, traigan la tabla.
La enfermera trajo la tabla espinal del hospital, lo traspasaron.
- Chau yoni- le dijo Iván, tiró los guantes en un tacho con bolsa roja y mientras el médico terminaba el papeleo y Luis lavaba el collar salió a fumar.
Corrió la cortinita que daba a la calle, había un techito sin canaleta por lo que el agua chorreaba libremente. La lluvia hacía mucho ruido, tapaba los demás ruidos. Prendió un cigarrillo.
Acerca su mano al ganchito que le sostiene el pelo y lo libera. Cae suave. “No” dice ella, y sonríe, lo mira.
- Tenés uno?
- Sí.
Con los cigarrillos en la boca entraron la camilla y limpiaron la sangre del piso.
- Pasales 157- dijo el médico al salir.
- (Cric) Sanfer-
Demoran en responder, le da una pitada al cigarrillo.
- (Pip pip) adelante Sanfer.
- Con final señor, 157, queda en la guardia del zubizarreta.
- Copiado muchas gracias, les paso Alfaro y Estrada grado dos.
- Ok.
Terminan el cigarrillo y suben. Llega el pager.
- Traumatismo de miembros “llama el agresor”- lee Iván.
- Qué?
- Femenina de 35.
Luis prendió la sirena y aceleró.
- Hará falta código azul? (policía)- preguntó el médico
- Vamos a ver, doc, por ahí ya está en el lugar.
Iván agarraó la guía de calles y le fue diciendo donde doblar, no veían la hora de llegar.
- (cric) Sanfer con arribo.
- Copiado gracias, cualquier cosa avisen chicos.
- Ok, gracias.
Tocaron el timbre y esperaron. Lloviznaba
- Hijo de puta la concha de su madre – dijo Iván mirando la puerta.
- Si no vas a poder prefiero que te quedes- le dijo el médico
- No, está bien.
Finalmente abrió, era petiso y robusto, parecía sentirse culpable.
- Buenas noches – dijo en voz baja y extendió la mano. El médico la estrechó, Luis también, Iván ni siquiera lo miró.
Caminaron en silencio hasta el cuarto, ella estaba acostada en una cama doble plaza. Cerraron la puerta.
- Dónde te duele?- preguntó el médico
- Acá y acá- se señaló el hombro y la cadera, le temblaba la voz. Iván sentía mucha violencia interior.
El médico la trató con mucho cuidado, se fijó si podía mover el brazo y miró el hematoma de la cadera.
- Por suerte no tenés nada grave, si querés podemos aplicarte un analgésico que te va a calmar el dolor.
- No, está bien, muchas gracias.
- No necesitás más nada?- preguntó Luis
- No, muchas gracias por venir.
- No, por favor, podrás firmarme acá?
- Sí. – firmó.
- Cuidate- le dijo Iván
Lo miró y sonrió, triste.
Salieron al comedor donde estaba el tipo sentado, que se paró. Iván miró el Nextel.
- Tiene que abonar 13 pesos, doc.
- Sí – dijo el tipo, buscó en un armario y se los dio.
Al salir volvió a negarle la mano.
- (Cric) me copiás?
- Sí, adelante.
- Con final, 159, me dirijo a hacer cambio de galeno (médico).
- Ok, tenés que pasar a buscar a la doctora por su domicilio ahí te paso el pager con la dirección.
- Ok, gracias.
- Habrá sido una infidelidad? – preguntó el médico una vez que arrancaron.
- Puede ser- dijo Luis
- Para mí no justifica, es algo sagrado, a una mujer no se le pega – dijo Iván.
- Es jodido, ¿ustedes que harían? encontrás a tu mujer con otro.
- Me voy y me pongo en pedo, por ahí la lastimo con palabras, pero no la toco.
- Sí, yo también, me agarro un pedo de puta madre, me quedo con el chico y con eso la mato.
- Y vos, doc?
- No sé, supongo que no le pegaría, pero tendría que estar en la situación.
- Igual, si pasó una vez...- dijo Luis
- ...va a volver a pasar, totalmente- agregó Iván.
- La mujer que vive para el hombre es una idiota, la mujer es para los hijos. Igual que el hombre que vive para una mujer es un idiota, el hombre nació para la guerra, no para la mujer, la mujer es el descanso, el apoyo.
- Qué es la guerra?
- Esto es la guerra, para el futbolista la cancha, para nosotros la calle. Mi vieja vivía para mi viejo y era una idiota – le hubieran preguntado más pero esperaron y él no siguió hablando, sino que miró hacia adelante.
Despidieron al médico en una parada de colectivo, les deseó buen final de guardia y fueron a buscar a la médica, dieron el disponible por Nextel y buscaron un lugar para comer.

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