IX

La luz del amanecer nublado lo encandilaba. Caminó hasta lo de su padre. Entró y arrojó la llave en la mesa para anunciar su llegada. La luz del baño estaba prendida.
- Iván?
- Sí.
Fue hasta la heladera. Tiró algunas cosas vencidas y abrió un alfajor. Puso la pava al fuego.
Volvió al comedor y prendió la televisión. Su padre apareció y lo abrazó.
- Cómo te fue?
- Bien, no podés comer alfajores, viejo, y lo sabés.
- Tu hermana hace lo mismo, llega y me vacía la heladera.
- Me voy a ir de Vittal y no voy a poder mandarte más ambulancias.
- Ya te decidiste?
- No, pero seguro que vuelvo.
- Te conozco, nos conozco, el tema de la mujer va a ser muy jodido.
- Sí, pero no voy a extrañar acostarme con alguien, me mata el tema de la ternura de la mujer, igual no voy a decidir otra vez por los sentimientos, voy a decidir según lo que crea que tengo que hacer. Voy a estar bien, no te preocupes.
Sonrió - estás preparando mate? un par me tomo.

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